Tecnicas y productos para reparar superficies

sábado, 11 de octubre de 2008

Los medios al agua, acrílicos, temperas, gouaches, pátinas al agua, etc, admiten, en principio, cualquier tipo de pro­ducto protector, sea éste al agua, al aceite o contenga otros solventes. Los medios al aceite, óleos, pátinas a la gra­sa, anilinas, etc, res­tringen el uso de agen­tes protectores a aque­llos productos que sean compatibles con el diluyente, médium o vehículo empleado en su composición.


Los magros, en reglas generales, son todos aquellos pro­ductos de base acuosa o con alcohol (por ej. goma laca). Los grasos, en cambio, son todos aquellos productos de base oleosa o sintética.


Para orientarse: los magros se diluyen con agua o alcohol y los grasos con aguarrás, thinner o diluyentes especiales. Le ofrecemos un pequeño cuadro en el que usted puede encontrar orientación basada fundamentalmente en el uso que ustedes le darán al objeto elegido:





Tecnicas y productos para reparar superficies de madera


Para objetos de uso intenso como ban­dejas, mesas, respaldos de camas, sillas, que presente manchas de la madera: barnices sintéticos, nitrocelulósicos, lacas poliuretánicas, vidrio líquido, barni­ces y /o lacas marinas. Algunos de estos I productos son al agua y otros no. Re­cuerde que, en principio los productos que no son al agua son más resistentes pero su aplicación  un poco más trabajosa. Tenga presente que el bri­llo final es un factor decisivo pues algunos de estos productos se en­cuentran en el mercado con tres tipos de brillos: brillante, satinado y mate.






Para objetos de uso intermedio como bases de lámparas, portarretratos de mesa, cajas de adorno, piezas de yeso, bizcocho, cartapesta o papier ma­ché (portapopurrí, candeleras, cajas, etc.), candelabros de metal, etc.: barnices acrílicos en sus tres brillos, barnices al agua coloreados, pátinas grasas o al agua, barnices poliuretánicos al agua, etc. En estos objetos hay que prever más que el trato que se les dará el tipo de limpieza que deberán soportar: por lo general con un paño o plumero.


Para objetos de uso mínimo o eminentemente decorati­vos: marcos de colgar, piezas de yeso, papel maché, biz­cocho, cartapesta (esculturas o réplicas): barnices acrílicos al agua, ceras, etc. Recuerde que una protección extra es aconsejable. Por ejemplo, a una pieza de uso interme­dio no le sobrará una protección pro­pia de una pieza de uso intenso. La experiencia dicta que en ciertos estilos decorativos el encerado final de una pieza es el efecto y la protec­ción más adecuada aun cuando sean objetos de uso intenso. Recuerde los muebles encerados al modo tradicio­nal, deben recibir un mantenimiento adecuado.


Tampoco descarte terminar su trabajo con un "lustre a muñeca", si el objeto lo merece y usted o su cliente está dispuesto a otorgarle los cuidados necesarios.





Respecto al modo de aplicación, cada artista tiene su mé­todo, que puede, o no, coincidir con las indicaciones del fabricante. De todos modos, lea atentamente las etique­tas de los productos y realice sus propias experiencias en varillas u objetos "testigos", esto es: pequeñas muestras con la misma técnica decorativa que presenta el objeto a proteger. Esta costumbre le permitirá asegurarse de que el producto protector elegido no daña la superficie elegida, pues ciertos efectos decorativos muy delicados se desmerecen con ciertas protecciones.


Muchos de los productos protectores modifican el tono fi­nal, debido a que no son totalmente incoloros y pueden otorgar un acabado que puede ir desde un ligero tono ambarino hasta un intenso color caramelo.